Ayer avisté el otoño de Quántico:
era un viejo que barría la hojarasca de la acera.
- ¡Otoño! ¡Otoño! -grité. Y no se molestó en contestarme.
- Maldito otoño -pensé- ya verás cuando venga el invierno con su pala.
Implorarás encontes la compañía de un solitario viandante que se acerque a tu escoba,
inútil entre tanta nieve.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
-¡Llega el invierno con su pala!
¡Llega el invierno con su pala!
-gritarán las agudas voces de los niños. Y tú, viejo enfermizo,
tendrás que retirarte un año más.
Publicar un comentario