¡Qué no! ¿Cómo voy a irme sabiendo que mis buenos amigos permanecen en sus puestos de trabajo impasible el ademán? Ellos, sufridos y esforzados héroes, que con aherrojado esfuerzo mantienen vivas las fuerzas de la producción. Ellos que, sudor y orina, se aplican a sacar adelante las letras del país y mantener limpias sus porterías no pueden quedar desamparados, sólos ante el capital que avanza sin más armas que teclas y escobas.
No temáis, mis buenos amigos, sufridos y esforzados héroes, sudor y orina. No temáis porque mi cerebro se queda trabajando con vosotros -mi cuerpo, no; ése se va a pegar la vida padre en estos doce días que marcha fuera. Pero ya se sabe, el espíritu es fuerte y la carne no.
Os quiero.
No temáis, mis buenos amigos, sufridos y esforzados héroes, sudor y orina. No temáis porque mi cerebro se queda trabajando con vosotros -mi cuerpo, no; ése se va a pegar la vida padre en estos doce días que marcha fuera. Pero ya se sabe, el espíritu es fuerte y la carne no.
Os quiero.
3 comentarios:
Entonces nos vemos en septiembre, para celebrar mi nuevo récord mundial de permanencia en portería (que va a quedar establecido en 37 días consecutivos).
Érase un gallego,
a una portería pegado,
una portería adhesiva,
pues no se quita con lejía,
aunque más parece una biblioteca
y además,
ayuda a pagar la hipoteca.
He disho. Un bisho.
Vd. no tiene amigos y si alguno tuviere le odiaria hasta lo más profundo de... coño, me dan ganas de espachurrale como a un insecto.
Ande y que lo pase bien.
...dita sea.
Publicar un comentario