miércoles, 6 de junio de 2007

ExtrañoMundo

Ayer dejé pasar el tiempo en la parada del 30. Uno tras otro marchaban los autobuses al compás de las páginas de "Quemando Cromo". Un conductor asomaba su cuello encorbatado por la cabina del camión y, a su espalda, dos basureros vestidos de frac acercaban los cubos de la acera. Perros paseaban amos sin pedigree. Extraño mundo el que ayer se desplegó ante mis ojos.

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